El 7 de mayo de 1986, el FC Barcelona perdia lamentablemente la final de
Sevilla, una final que se había hecho a medida del club blaugrana. Pero
la mala suerte y la mala elección del once de Terry Venables, hizo que
se perdiera en los penaltis. Aunque también hay rumores de que aquell
final se perdio por no darle al Presidente del Steaua, 12 millones de
ptas de aquella época. Si esto fuera verdad, fuimos unos ingenuos
Recuerdo aquella mañana, un esplendoroso sol (de esos típicos de la Capital Andaluza) presidía la "riada humana" (principalmente cules) que la invadió, en un ir y venir lleno de colores y de cierta emoción por estar en esa final.
Soñabamos lo que podían ser esos aledaños del "Sánchez Pizjuán" cuando el colegiado francés Vautrot hiciera sonar su silbato por última vez. Con Bernd Schuster o ALexanko (los dos capitanes) levantando la "orejuda". Todo, absolutamente todo estaba preparado para esa gran traca final.
Incluso Sevilla, se había unido a la fiesta, todos los bares, cafeterías, tabernas y restaurantes de los aledaños al estadio andaban como locos por satisfacer las peticiones de reservas de gran parte de la "afición blaugrana"
Estos locales habian previsto de decenas de cajas enteras de cava y demás vinos espumosos estaban en sus las neveras preparados para la finalización del partido y comenzar el descorche y los rios de cava, recorriendo las gargantas de los cules...
Habian númerosos tenderetes (algunos sevillanos comentaban que habían más de los habituales) y se preparaban para vender le producto estrella: camisetas que llevaban inscrito el nombre del club blaugrana como campeón de Europa 1986.
Pero la fiesta prevista acabó convertida en un autentico velatorio, las bocinas dejaron de sonar y empezaba una camino de vuelta para casa que sería muy doloroso para muchos. Los más jovenes de aquel, aún soñabamos con esa revancha, los mayores que habían vivido la de Berna en 1961... Solo pensaban que era última a la que acudirian, el sueño de una nueva Basilea, se había roto en mil pedazos
Recuerdo aquella mañana, un esplendoroso sol (de esos típicos de la Capital Andaluza) presidía la "riada humana" (principalmente cules) que la invadió, en un ir y venir lleno de colores y de cierta emoción por estar en esa final.
Soñabamos lo que podían ser esos aledaños del "Sánchez Pizjuán" cuando el colegiado francés Vautrot hiciera sonar su silbato por última vez. Con Bernd Schuster o ALexanko (los dos capitanes) levantando la "orejuda". Todo, absolutamente todo estaba preparado para esa gran traca final.
Incluso Sevilla, se había unido a la fiesta, todos los bares, cafeterías, tabernas y restaurantes de los aledaños al estadio andaban como locos por satisfacer las peticiones de reservas de gran parte de la "afición blaugrana"
Estos locales habian previsto de decenas de cajas enteras de cava y demás vinos espumosos estaban en sus las neveras preparados para la finalización del partido y comenzar el descorche y los rios de cava, recorriendo las gargantas de los cules...
Habian númerosos tenderetes (algunos sevillanos comentaban que habían más de los habituales) y se preparaban para vender le producto estrella: camisetas que llevaban inscrito el nombre del club blaugrana como campeón de Europa 1986.
Pero la fiesta prevista acabó convertida en un autentico velatorio, las bocinas dejaron de sonar y empezaba una camino de vuelta para casa que sería muy doloroso para muchos. Los más jovenes de aquel, aún soñabamos con esa revancha, los mayores que habían vivido la de Berna en 1961... Solo pensaban que era última a la que acudirian, el sueño de una nueva Basilea, se había roto en mil pedazos
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