Desde que en la temporada 1993/94, en el viaje hacia Atenas se le
comunica a Zubizarreta que no continuara en el club, han pasado hasta 20
porteros por los tres palos blaugrana. Algunos con más pena que gloria y
otros fracasando precipitadamente...
La primera combinación que probó Johan Cruyff tras considerar que el ciclo de Zubizarreta había terminado no tuvo ningún futuro. El fichaje de Julen Lopetegui (Logroñés), estuvo a años luz de las expectativas, además un error en la Supercopa de España en el camp nou lo sentencio definitivamente y los dos porteros de la casa, Carles Busquets y Jesus Mª Angoy (este llego por ser el yerno de Johan cruyff), tampoco se acercaron ni de lejos al nivel exhibido por el actual director deportivo. Cruyff insistió en estos tres porteros durante sus dos últimas temporadas al frente del conjunto blaugrana con éxito nulo. Posiblemente una de las causas de su caida definitivamente, además de los fichajes nefastos de Korneiev, Hagi, Prosinesky, Escaich, Josemari...
La marcha de johan propicio la llegada de Bobby Robson condujo la incorporación de Vítor Baía. El portugués llegó a priori con una buena edad para un portero, con 27 años, y ofreciendo grandes prestaciones en el Oporto. Sin embargo, a Baía le pudo la presión del Camp Nou de una manera exagerada y solo tuvo continuidad en el primero de los tres años que estuvo en el club. Su temporada fue muy irregular, con grandes cantadas, si bien dejó buen sabor de boca con la conquista de la Copa del Rey ante el Betis. Louis van Gaal prefirió asegurar en la siguiente campaña con un meta veterano que conocía bien como era Ruud Hesp, uno de los pocos porteros queridos por la afición.
El holandés acabó convirtiéndose en un portero de transición ideal para Víctor Valdés (al que consideraban el futuro portero titular indiscutible del primer equipo), cuyo temperamento chocó en un principio con el de Van Gaal. Hesp rindió de forma óptima durante tres temporadas y su consolidación provocó la salida del propio Baía, mientras la cantera iba camino de cobrar protagonismo.
La primera combinación que probó Johan Cruyff tras considerar que el ciclo de Zubizarreta había terminado no tuvo ningún futuro. El fichaje de Julen Lopetegui (Logroñés), estuvo a años luz de las expectativas, además un error en la Supercopa de España en el camp nou lo sentencio definitivamente y los dos porteros de la casa, Carles Busquets y Jesus Mª Angoy (este llego por ser el yerno de Johan cruyff), tampoco se acercaron ni de lejos al nivel exhibido por el actual director deportivo. Cruyff insistió en estos tres porteros durante sus dos últimas temporadas al frente del conjunto blaugrana con éxito nulo. Posiblemente una de las causas de su caida definitivamente, además de los fichajes nefastos de Korneiev, Hagi, Prosinesky, Escaich, Josemari...
La marcha de johan propicio la llegada de Bobby Robson condujo la incorporación de Vítor Baía. El portugués llegó a priori con una buena edad para un portero, con 27 años, y ofreciendo grandes prestaciones en el Oporto. Sin embargo, a Baía le pudo la presión del Camp Nou de una manera exagerada y solo tuvo continuidad en el primero de los tres años que estuvo en el club. Su temporada fue muy irregular, con grandes cantadas, si bien dejó buen sabor de boca con la conquista de la Copa del Rey ante el Betis. Louis van Gaal prefirió asegurar en la siguiente campaña con un meta veterano que conocía bien como era Ruud Hesp, uno de los pocos porteros queridos por la afición.
El holandés acabó convirtiéndose en un portero de transición ideal para Víctor Valdés (al que consideraban el futuro portero titular indiscutible del primer equipo), cuyo temperamento chocó en un principio con el de Van Gaal. Hesp rindió de forma óptima durante tres temporadas y su consolidación provocó la salida del propio Baía, mientras la cantera iba camino de cobrar protagonismo.
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