dijous, 29 de març del 2012

Del Camp Nou al Qatar Stadium

Marius Carol (La Vanguardia)

La directiva del FC Barcelona baraja la posibilidad de construir un nuevo estadio ante el alto coste de la remodelación del actual, pero sobre todo por el ciclo de vida del hormigón con que se levantó hace cincuenta y cinco años. El Camp Nou, que de nuevo sólo tiene el nombre, fue inaugurado en 1957 y costó 288 millones de pesetas, es decir 1,7 millones de euros. Un estadio de nueva planta costaría unos 600 millones, cifra que no pueden permitirse las arcas del club, pero que podría financiarse con un patrocinador. El presidente Sandro Rosell ha iniciado conversaciones con las autoridades qataríes para explorar el interés que pudieran tener en la operación, encontrando total disponibilidad para afrontarla.

La sociedad Qatar Sports Investment está encantada con el contrato que firmó con la actual junta, mediante el cual se compromete a abonar al Barça 171 millones hasta el 2016, por llevar publicidad de Qatar Foundation en su camiseta. Las autoridades qataríes consideran que asociarse a un club ganador, con dimensión global, que además difunde valores positivos, les permite mejorar su imagen internacional en unos momentos en que cada vez más aparece como un actor imprescindible en la región. Qatar es el segundo país más pequeño del Golfo Pérsico tras Bahréin. Se trata de un reino inmensamente rico, con grandes reservas de petróleo y gas, a pesar de que su extensión es de 11.400 kilómetros cuadrados (algo más de la tercera parte de Catalunya) y su población alcanza sólo los 1,4 millones de habitantes. La familia real qatarí ha invertido en el canal de televisión en lengua árabe Al Yazira para difundir la imagen de un islam dialogante.

Los terrenos en los que se ha fijado el Barça estarían situados a apenas cinco minutos del actual emplazamiento de las instalaciones del club y son propiedad de la Universitat de Barcelona, con cuyas autoridades académicas se han mantenido conversaciones. Estos terrenos se encuentran junto a la actual sede del RACC en la Diagonal. E incluso el alcalde Xavier Trias contempla la iniciativa con buenos ojos, entre otras razones porque se abandonaría la recalificación de terrenos a los que se han opuesto desde el primer día los vecinos de Les Corts.

Otra posibilidad explorada es la de construir un nuevo estadio pegado al actual, como ha hecho la directiva del Athletic de Bilbao con San Mamés, lo que permite utilizar la instalación antigua hasta que no esté concluida la nueva, momento en que se derruiría el viejo terreno de juego.

La construcción de un nuevo estadio resulta una decisión muy compleja, que siempre abre interrogantes en los socios sobre la viabilidad de la operación, los costes (no sólo económicos) que deberá asumir el club o los cambios que les supondrá a los abonados. Si finalmente se deciden a construir un nuevo estadio, en este caso un Qatar Stadium, deberán explicarlo muy bien. Y sobre todo poner sobre la mesa su necesidad, que al parecer es estructural, no funcional, porque la nueva instalación no supondría un aumento sustancial de localidades.

La verdad es que el Camp Nou necesita mejorar sus instalaciones. Si uno se detiene a ver el estado de pavimentos, conducciones y servicios se dará cuenta de que se ha degradado con el paso del tiempo. Desconozco si la mejor solución es un nuevo campo de fútbol, pero en tiempos de crisis una inversión de estas características cuesta de asimilar, aunque no suponga perjuicio para la economía.

El Camp Nou fue el resultado del éxito del Barça de Kubala y las Cinc Copes que dejaron pequeño Les Corts, y el Qatar Stadium podría ser la respuesta al Barça de Messi y el Pep Team, convertido en fenómeno global. Sin embargo, el estadio nos ha hecho tan felices que no resulta fácil aceptar que sea pronto una reliquia.
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Para empezar es verdad que el estadio del Camp Nou se ha quedado opbsoleto, tiene más de cincuenta años y una reforma con ampliación seria enormemente caro y no creo que sea factible. Por eso el club esta estudiando la construcción de un nuevo estadio que cuente con todas las comodidades del s.XXI.
Por lógica el Barça no debe hacer lo que hizo a finales de los '50 y construir un estadio sin contar con el dinero, y es una deuda que se arrastro durante más de veinte años y que nos impedió luchar por los títulos en todas aquellas temporadas.
Si se ha "manchado" la camiseta, por que no cambiarle el nombre a se nuevo estadi y sacarle el provecho suficiente como para no endeudarnos con esa construcción. Veremos en que queda este asunto, pero por lo que se... todo esto esta más avanzado de lo que muchos piensan, e incluso favorecer que el nuevo estadi tenga una estación de metro que facilite la llegada de los aficionados en transporte urbano, lo que tambien beneficiaria a la ciudad.
También pienso que se debería contar con la aprobación de los socios del club, por lo que significa perder un estadi con mucha historia y cambiar a uno nuevo

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